El autobús de vuelta tenía que ser clase supra, algo más caro pero sin duda también más cómodo. Pensé que, después del viaje relámpago a Zaragoza, no estaría mal descansar un poco durante el trayecto antes de volver a los quehaceres diarios. Sin embargo, el supra se ha quedado atascado en Guadalajara y aquí estamos en el autobús de repuesto, sin cacahuetes ni butacas reclinables ni reposabrazos ni película.
Las carreteras oscuras, si no duermo, me hacen pensar. Así que entre los yermos Monegros, en la oscuridad de la noche, me acuerdo del concierto de ayer. Sidonie y Love of Lesbian en el recinto de Interpeñas, en uno de esos conciertos que, como pequeños tesoros, perduran en el recuerdo a lo largo del tiempo.
Abriendo el menú, como primer plato, Sidonie ofreció un espectáculo cálido y entregado, menos lánguido y distante que en otras ocasiones, marcado por las canciones de su último disco El incendio. A pesar del éxito de sus últimos trabajos, el grupo no deja de experimentar con nuevos estilos dentro de la psicodelia, de modo que no olvidaron presentar también lo que será su nuevo álbum El fluido García, con el single ya en la calle llamado El bosque. Se hizo corto, la verdad, porque en este tipo de acontecimientos los tiempos siempre están cronometrados y además hubo algunos problemas de confusión de horarios, lo que significó que en poco menos de una hora los de Marc Ros abandonaran el escenario dejando al público en su punto de cocción y dispuesto a desmelenarse con las canciones de Love of Lesbian.
Santi Balmes es un mago en el escenario y su presencia, menuda y corriente, es capaz de hechizar a las masas como el de Hamelín hacía con las ratas. Los lesbianos desplegaron todas sus artes para desgranar, poco a poco, los temas del álbum 1999, sabiendo también contentarnos a todos con algunos temas clave como la Niña imantada o las Noches reversibles de su aplaudido Cuentos chinos para niños del Japón. Para conquistar a la concurrencia no faltaron algunos números como el del amante guisante o la coreografía final a ritmo de Algunas plantas. El público enloquecía con la actuación y es que, como decía Santi Balmes en una entrevista hace unos años, se nota que se les quiere, porque sus canciones han pasado a formar parte de los momentos más íntimos y sutiles de muchos de sus seguidores, y parte también de su memoria colectiva.
Todo ello me hizo recordar la primera vez que los vi en un escenario, entonces mucho más pequeño, en el Easy Pop Weekend (Andorra, Teruel). Un concierto del que seguro se acordarán los integrantes de LoL. Es un festival especial, difícil de describir. Allí acabamos todos, lesbianos y mundanos, haciendo la conga al ritmo de Shiwa, por el escenario y por la sala, con los músicos disfrazados de obispo, de condón, de oso… un gran fin de fiesta que ayer sentí por momentos, poniéndoseme los pelos de punta, la piel de gallina, al mezclarse las voces del público y del escenario en una música que sonaba a buenos momentos.
Las carreteras oscuras, si no duermo, me hacen pensar. Así que entre los yermos Monegros, en la oscuridad de la noche, me acuerdo del concierto de ayer. Sidonie y Love of Lesbian en el recinto de Interpeñas, en uno de esos conciertos que, como pequeños tesoros, perduran en el recuerdo a lo largo del tiempo.
Abriendo el menú, como primer plato, Sidonie ofreció un espectáculo cálido y entregado, menos lánguido y distante que en otras ocasiones, marcado por las canciones de su último disco El incendio. A pesar del éxito de sus últimos trabajos, el grupo no deja de experimentar con nuevos estilos dentro de la psicodelia, de modo que no olvidaron presentar también lo que será su nuevo álbum El fluido García, con el single ya en la calle llamado El bosque. Se hizo corto, la verdad, porque en este tipo de acontecimientos los tiempos siempre están cronometrados y además hubo algunos problemas de confusión de horarios, lo que significó que en poco menos de una hora los de Marc Ros abandonaran el escenario dejando al público en su punto de cocción y dispuesto a desmelenarse con las canciones de Love of Lesbian.
Santi Balmes es un mago en el escenario y su presencia, menuda y corriente, es capaz de hechizar a las masas como el de Hamelín hacía con las ratas. Los lesbianos desplegaron todas sus artes para desgranar, poco a poco, los temas del álbum 1999, sabiendo también contentarnos a todos con algunos temas clave como la Niña imantada o las Noches reversibles de su aplaudido Cuentos chinos para niños del Japón. Para conquistar a la concurrencia no faltaron algunos números como el del amante guisante o la coreografía final a ritmo de Algunas plantas. El público enloquecía con la actuación y es que, como decía Santi Balmes en una entrevista hace unos años, se nota que se les quiere, porque sus canciones han pasado a formar parte de los momentos más íntimos y sutiles de muchos de sus seguidores, y parte también de su memoria colectiva.
Todo ello me hizo recordar la primera vez que los vi en un escenario, entonces mucho más pequeño, en el Easy Pop Weekend (Andorra, Teruel). Un concierto del que seguro se acordarán los integrantes de LoL. Es un festival especial, difícil de describir. Allí acabamos todos, lesbianos y mundanos, haciendo la conga al ritmo de Shiwa, por el escenario y por la sala, con los músicos disfrazados de obispo, de condón, de oso… un gran fin de fiesta que ayer sentí por momentos, poniéndoseme los pelos de punta, la piel de gallina, al mezclarse las voces del público y del escenario en una música que sonaba a buenos momentos.
The return bus had to be supra class, a little more expensive but certainly more comfortable. I thought that, after the whirlwind trip to Saragossa, it could be nice to repose even a little along the way before returning to the daily tasks. However, the bus has got stuck in Guadalajara, and here we are in the spare bus, with no peanuts or reclining seats or armrests or film.
The dark roads, if I’m not asleep, make me ponder. So, between the barren Monegros, in the darkness of the night, I remember yesterday’s concert. Sidonie and Love of Lesbian at the Interpeñas enclosure. One of this concerts which, as small treasures, linger in the memory for years.
Opening the menu, as a starter, Sidonie offered a warm and devoted show, less languid and distant than other times, marked by songs from their latest album El Incendio. Despite the success of their latest works, the band doesn't stop experimenting new styles within the psychedelia, so that they didn’t forget presenting what will be their new album El fluido García with the single, already out on the street, called El bosque. It was short, really, because timetables are always timed in this kind of events and there were also some confusion with the schedule, what meant that in a few less than an hour Marc Ros boys were abandoning the stage leaving the audience at the point of cooking and ready to let their hair down with Love of Lesbian songs.
Santi Balmes is a magician on the stage and his presence, minute and common, is able to charm the masses, like the Pied Piper used to do with rats in Hamelin. “Lesbians” deployed all their arts to shell gradually the themes from the album 1999, also knowing how to satisfy everybody playing some key themes as Niña Imantada or Noches reversibles from their acclaimed work Cuentos chinos para niños del Japón. In order to conquer the audience didn’t lack some performances like those of the “pea lover” or the final choreography for the song Algunas plantas. The audience went wild with the show and, as Santi Balmes said in an interview some years ago, one notices that they are loved, because their songs have become a part of the most intimate and subtle moments of their followers, as well as a part of their collective memory.
All this made me remember the first time I saw them on stage, much smaller then, at the Easy Pop Weekend (Andorra, Teruel, Spain). A concert that is sure members of LoL would remember. It’s a very special festival, hard to describe it. We all finished there, lesbian and mundane, doing the conga to the rhythm of Shiwa along the stage and the house, with musicians dressed as a bishop, a condom, a bear… A great finale that I felt yesterday for moments, giving me the creeps, getting goose bumps, by mixing the voices of the public and the stage in a sort of music that sounded like good times.
The dark roads, if I’m not asleep, make me ponder. So, between the barren Monegros, in the darkness of the night, I remember yesterday’s concert. Sidonie and Love of Lesbian at the Interpeñas enclosure. One of this concerts which, as small treasures, linger in the memory for years.
Opening the menu, as a starter, Sidonie offered a warm and devoted show, less languid and distant than other times, marked by songs from their latest album El Incendio. Despite the success of their latest works, the band doesn't stop experimenting new styles within the psychedelia, so that they didn’t forget presenting what will be their new album El fluido García with the single, already out on the street, called El bosque. It was short, really, because timetables are always timed in this kind of events and there were also some confusion with the schedule, what meant that in a few less than an hour Marc Ros boys were abandoning the stage leaving the audience at the point of cooking and ready to let their hair down with Love of Lesbian songs.
Santi Balmes is a magician on the stage and his presence, minute and common, is able to charm the masses, like the Pied Piper used to do with rats in Hamelin. “Lesbians” deployed all their arts to shell gradually the themes from the album 1999, also knowing how to satisfy everybody playing some key themes as Niña Imantada or Noches reversibles from their acclaimed work Cuentos chinos para niños del Japón. In order to conquer the audience didn’t lack some performances like those of the “pea lover” or the final choreography for the song Algunas plantas. The audience went wild with the show and, as Santi Balmes said in an interview some years ago, one notices that they are loved, because their songs have become a part of the most intimate and subtle moments of their followers, as well as a part of their collective memory.
All this made me remember the first time I saw them on stage, much smaller then, at the Easy Pop Weekend (Andorra, Teruel, Spain). A concert that is sure members of LoL would remember. It’s a very special festival, hard to describe it. We all finished there, lesbian and mundane, doing the conga to the rhythm of Shiwa along the stage and the house, with musicians dressed as a bishop, a condom, a bear… A great finale that I felt yesterday for moments, giving me the creeps, getting goose bumps, by mixing the voices of the public and the stage in a sort of music that sounded like good times.
